Sobre Dacia
19/11/2025
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Todos hemos oído el viejo dicho de "lo barato sale caro". Pero no siempre es así. De hecho, incluso cuando hablamos de productos industriales de alta complejidad, como un automóvil, poner a la venta un modelo por debajo de los 20.000 euros es factible. Lo que ya es más difícil es comercializar coches duros y fiables como muy bien sabe hacer Dacia.
Solo esta singular combinación de precio ajustado y buen comportamiento en el largo plazo ha permitido a Dacia crecer desde sus orígenes low cost, cuando competía con marcas extracomunitarias que han ido desapareciendo con el paso de los años, hasta adquirir su actual popularidad, con hitos como Dacia Sandero, que lleva más de una década coronando la lista de matriculaciones en España.
¿Pero qué define su fiabilidad y cómo lo ha conseguido?
Examinar la fiabilidad del coche es, a priori, una cuestión relativamente sencilla y que se responde examinando el historial de mantenimiento del vehículo. ¿Cuántas averías registra a lo largo de su vida útil? ¿Han sido leves o graves? ¿Requieren la inmovilización del vehículo o permiten circular temporalmente o tras una reparación ambulatoria? ¿Hay disponibilidad de piezas o cada reparación va a poner en duda el futuro uso del coche?
Algo parecido sucede con su robustez. No es ya que un coche no deba fallar durante un uso convencional, sino que pueda resistir un uso frecuente, con diferentes conductores y estilos al volante, por autopistas y carreteras locales o, incluso, un uso, más exigente de lo normal para los elementos mecánicos del vehículo, tal sería el uso recibido por el típico coche de pueblo.
Ambas cosas son difíciles de alcanzar sin hacer que los precios se disparen. Salvo que tengas detrás los años de experiencia y la cuidada ingeniería de Dacia, que, a través de componentes probados, materiales simples pero duraderos y diseños sencillos, puede ofrecer coches robustos y fiables a precios que otros fabricantes no pueden alcanzar.

Aquí ya contamos que desde sus orígenes el objetivo de Dacia ha sido ser la marca con “mejor relación calidad-precio”. Para lograrlo, ha trabajado en distintos frentes, que incluyen desde los materiales y los motores hasta el servicio posventa.
Una de las razones por las que Dacia se ha convertido en sinónimo de fiabilidad, y no solo de precios ajustados, es fruto de estar integrada en uno de los mayores grupos automovilísticos del mundo. Todos sus motores han superado las pruebas más duras imaginables, a veces durante años, antes de llegar al catálogo de la marca. Y lo mismo se puede decir de sus transmisiones.
Todas las motorizaciones de Dacia proporcionan un rendimiento adecuado, sin ser sometidas a grandes esfuerzos que pueden introducir problemas de fiabilidad a medio y largo plazo. Y si hablamos de las versiones GLP, mild hybrid y eléctrica, la marca siempre apuesta por configuraciones más sencillas que las de sus rivales, reduciendo el número de componentes y, por tanto, de puntos de fallo.

Utilizar plataformas y materiales de alta resistencia y adecuadamente integrados es también clave para poder fabricar coches más robustos y fiables. Dacia recurre para ello al Centro Técnico de Titu, en Rumanía, donde las piezas con las que monta sus coches son puestas a prueba de forma individual, pero también tras finalizar el conjunto.
Entre los procesos realizados en estas instalaciones se puede señalar la prueba a la corrosión, necesaria para comercializar coches más fiables en entornos húmedos y costeros; el castigo de las piezas exteriores a 3.000 horas de rayos ultravioleta, para simular su deterioro a largo plazo; y los test de arañazos para los elementos exteriores, que en modelos como Dacia Duster y Dacia Bigster se fabrican en parte usando plásticos tintados en masa en lugar de pintados para disimular mejor pequeños desperfectos.
Un motor sencillo y de potencia no exagerada va a dar, por lo general, menos quebraderos de cabeza, incluso si no acapara titulares. Y con unos ajustes adecuados, también puede reducir su consumo.
Un claro ejemplo es Dacia Duster, que, en su configuración híbrida, combina un motor 1.8 de 109 CV, uno eléctrico de 50 CV y una nueva batería que permite homologar un consumo en ciclo combinado de solo 4,6 l/100 km; algo extraordinario dentro de su segmento.
Y qué se puede decir de las opciones compatibles con GLP, cuya fiabilidad a largo plazo y reducidísimo consumo han hecho de Dacia una de las marcas con más implantación en el gremio del taxi. Además si se hibrida, como en el caso de Dacia Bigster mild hybrid-G140, el ahorro es mayor.
Al margen del consumo, otro dato importante y nada despreciable es que estos dos modelos (Dacia Duster y Dacia Bigster) presumen de más de 1.400 km de autonomía.
El equipamiento esencial del coche es otro aspecto que Dacia vigila con lupa durante la fase de diseño y que ha requerido algo de imaginación a la hora de satisfacer los últimos requisitos técnicos. Así, toda la gama cumple los requisitos en materia de seguridad de la Unión Europea, incluyendo el uso de ADAS como el sistema de frenada de emergencia avanzado, pero sin ofrecer elementos cuya mera existencia pueda incrementar el precio del coche por tener que provisionar espacio o capacidades técnicas para su integración opcional.
Esta simplicidad a la hora de plantear la ingeniería del propio coche se puede apreciar en modelos como Dacia Bigster. El gran SUV de la marca aborda un nuevo segmento y una nueva clientela con un coche más refinado, pero que utiliza soluciones tan innovadoras para reducir costes como un portón que combina un puntal eléctrico con otro hidráulico.
El esfuerzo de Dacia en refinar la fiabilidad y robustez de sus vehículos no es solo una cuestión de números internos. También queda demostrado a través de la garantía Dacia Zen, que ofrece hasta 7 años de cobertura totalmente gratuita al realizar el mantenimiento en la Red Oficial Dacia.
Esta garantía, pionera en la industria, demuestra la confianza de Dacia en sus coches. Y es que pocas marcas se atreven a proteger sus vehículos durante aproximadamente la mitad de la vida útil (de concesionario a desguace) que alcanzan los vehículos del parque español.

Dirigido a un público urbanita, Dacia Spring es uno de los eléctricos más baratos de España. Destaca, además, con detalles como un paquete de baterías de refrigeración atmosférica, que ayuda a reducir su precio hasta el punto de haberlo convertido en uno de los eléctricos favoritos de las flotas de empresa.
Gracias a su precio, Dacia Duster ha permitido el acceso al segmento SUV a muchos clientes que no se lo podían permitir. Capaz de soportar temperaturas durísimas y obstáculos insalvables para SUV que cuestan tres veces más, el modelo base no supera los 20.000 euros, convirtiéndose en un modelo muy extendido debido a la agreste orografía y diversidad de climas de nuestro país.
Favorito de las familias, Dacia Jogger es uno de los vehículos con tres filas de asientos más económicos del mercado español. El modelo Eco-G 100 (compatible con GLP) de cinco asientos no supera la barrera marcada de 20.000 euros.
El superventas de Dacia por excelencia es uno de sus coches más baratos, demostrando mejor que ningún otro modelo de la competencia esa rara combinación entre precio y fiabilidad.También es el más popular de todos, como demuestra que, en 2025, Dacia Sandero vuelve a liderar la lista de matriculaciones en España.

Ventajas como los hasta 7 años de la garantía Dacia Zen son una demostración fehaciente de la fiabilidad y resistencia de sus modelos. Ningún fabricante ofrecería una cobertura tan extensa si no estuviera muy seguro de su correcto funcionamiento a largo plazo. Pero la fiabilidad de Dacia es mucho más que una garantía de buen funcionamiento.
Una de sus grandes ventajas es la gran disponibilidad de repuestos, muchas veces compartidos con otros coches del grupo. A diferencia de otras marcas, Dacia se beneficia de una cadena logística y de proveedores europeos, lo que garantiza la rápida adquisición de piezas de sustitución sin tener que pasar por aduanas.
Esto afecta a uno de los aspectos menos tangibles de la fiabilidad en sí misma: la elevada disponibilidad del vehículo, que, gracias a la facilidad y los breves plazos de reparación de Dacia, está garantizada. Algo de lo que no todos los fabricantes pueden presumir.


