¿Cómo funciona el sistema GLP en un motor?

En este artículo encontrarás:

 

• ¿Qué es un motor GLP?
• Componentes del sistema GLP 
• El funcionamiento del sistema GLP 
• Descubre la gama de Dacia

 

 

A medida que los conductores se preocupan por la descarbonización del sector del automóvil, las soluciones basadas en GLP (gas licuado del petróleo) van ganando popularidad, al posicionarse como un combustible de transición entre la gasolina y el diésel predominantes en la actualidad, y la electrificación de los motores que se impondrá en las próximas décadas. 

 

Este es un mercado que conoce muy bien Dacia. Estamos ante el fabricante líder europeo con una cuota del 80 % en 2023 y más de 600.000 modelos GLP vendidos desde 2009. En España, su cuota asciende al 86 %. Unas cifras que en parte resultan posibles gracias a tener disponible esta tecnología en toda su gama.

 

Pero, ¿cómo funciona un motor cuyo combustible es el GLP? ¿Qué diferencias hay con un motor convencional? ¿Y cuáles son las ventajas ambientales o de acceso a las ZBE de estos vehículos?

Un motor GLP es aquel capaz de extraer la energía contenida en el gas licuado del petróleo y transformarla en energía cinética para impulsar un vehículo. En esencia, es un tipo de motor con el que quemar GLP —un fluido con una densidad energética diferente a la de otros combustibles como la gasolina o el gasóleo— de forma controlada y eficiente.

 

El motor GLP es también un motor de combustión interna; de hecho, en los coches Dacia se usa el mismo para GLP y gasolina. Pero, como se verá más adelante, los automóviles con GLP suelen ser bifuel, es decir, trabajan con varios combustibles para extraer las ventajas de cada uno y minimizar las desventajas.

 

Estos motores GLP llevan años en el mercado en diferentes vehículos, entre los que destacan máquinas agrícolas, taxis o flotas empresariales, debido tanto a sus ventajas ambientales como a su coste por litro.

 

Por la forma en la que se quema este combustible y el coste de procesarlo, no es de extrañar que las flotas empresariales hayan optado por él en el pasado, fomentando un movimiento de abaratamiento que ha hecho que se pueda trasladar esta motorización a vehículos para toda la ciudadanía.

 

• ¿Qué es el GLP?
  

 

El GLP o gas licuado del petróleo es un combustible mezcla de propano (70 %, aproximadamente) y butano (el restante 30 %). Procede a su vez en un 30 % de los procesos de refinado del petróleo y en un 70 % de los yacimientos de gas natural.

 

Sin embargo, no se debe confundir con los GNC (gas natural comprimido) y GNL (gas natural licuado), que tienen un mayor porcentaje de gas natural y también se adaptan para ser usados en vehículos.

 

Por su composición química, el uso de GLP como alternativa a diésel o gasolina presenta ventajas ambientales que deben tenerse en cuenta. La principal, sin duda, es que no contiene benceno y no produce partículas, reduciendo significativamente los contaminantes. Se calcula, por ejemplo, que si los vehículos GLP representaran el 10 % de la flota en Europa se reducirían en 350 millones las toneladas de emisiones de CO₂.

Los sistemas GLP son muy parecidos por no decir idénticos a los sistemas de gasolina a los que acompañan en paralelo, aunque hacen uso de una variante tecnológica ligeramente distinta. Así, en lugar de existir un único circuito de combustible, los coches equipados con motorización gasolina/GLP disponen de dos depósitos.

 

El almacenaje de GLP es probablemente uno de los puntos clave en la configuración de estos automóviles. En el caso de Dacia, para su instalación se aprovecha el hueco de la rueda de repuesto, que cuenta con muy poco o ningún uso. Asimismo, dos sistemas de conductos llevan el combustible al motor: uno de GLP desde este depósito y otro desde el depósito de gasolina.

 

Este motor, como se ha comentado previamente, está diseñado para poder usar tanto gasolina como GLP como una mezcla de ambos en su proceso de combustión. Es decir, un coche GLP/gasolina no es un coche híbrido, porque no tiene dos motores, sino un único motor bifuel. Todo ello gobernado mediante una centralita electrónica que, bajo la orden del conductor, selecciona el circuito de combustible.

En Dacia, los sistemas de bicarburación basados en GLP y gasolina funcionan de forma que se maximiza la eficiencia de cada combustible.

 

Al arrancar el coche, se hace uso de gasolina para iniciar la marcha, porque este combustible trabaja bien a la baja temperatura a la que se encuentra el motor antes de ser arrancado. En ese momento, la bomba del depósito de gasolina extrae este combustible y la empuja a los inyectores de los cilindros del motor, que trabajan en un régimen de temperatura y velocidad favorable a este compuesto.

 

Pero, una vez rodando, el conductor puede cambiar a GLP en cualquier momento, pasando a conducir en un modo de combustión de gas licuado del petróleo, momento en el que es la bomba de GLP la que traslada este combustible a los cilindros, que a su vez se adaptan ligeramente en su funcionamiento para de nuevo maximizar la eficiencia de la quema.

 

En este cambio se produce un 40 % más de ahorro de carburante y un 10 % más de rendimiento, que redundan en dos beneficios claros: un 60 % más de autonomía y un 11 % menos de emisiones. Y es esto lo que permite a los coches Dacia de bicombustión GLP/gasolina recibir el distintivo ECO de la Dirección General de Tráfico.

Las ventajas para acceder al centro de las ciudades, así como el bajo coste del combustible, son dos de los motivos que han convertido a Dacia en una de las marcas con mayor crecimiento en el mercado de los coches ECO.

 

Las familias necesitan soluciones de movilidad adaptadas a sus circunstancias, soluciones simples pero robustas que contengan los elementos indispensables y se olviden de lo superfluo. Y la gama de coches GLP de Dacia responde a esas premisas, como bien ejemplifican los cuatro modelos disponibles (Sandero ECO-G, Sandero Stepway ECO-G, Jogger ECO-G y Nuevo Duster ECO-G).